Vida. Memorias de Keith Richards

Vida. Memorias de Keith Richards

Keith Richards .. El pirata..

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Resumen Feminorama

66 años, Ha sobrevivido a tours interminables alrededor del mundo, a protagonizado orgías interminables de varios días,
ha sobrevivivo al consumo de enormes cantidades de drogas…y sufrio la muerte de su hijo

Fue un yonqui durante una décadallegando a instalar un laboratorio en su casa, hasta que finalmente consiguio dejar la heroína.
Durante años dormía, en promedio, dos veces por semana…

Así lo cuenta en Vida. Memorias de Keith Richards

504 páginas en la que como es normal en su personalidad lo cuenta todo..hasta lo que no debiera..
desfilan las drogas y la música y lios de faldas, a partes iguales.

Sus lios de faldas con la compañera de brian jones su compañero en los rolling stones, como mike jagger le robo a su novia y como el años mas tarde se acosto con la mujer de mike jagger
algo que parece que jagger nunca le llego a perdonar..

«Aquello abrió una brecha considerable entre Mick y yo, pero por sobre todo por parte de Mick. Y probablemente para siempre», dice.

Escrito en primera persona, Richards -junto al escritor James Fox- no se deja ningun historia en el tintero.
una «vida» que ha nadie dejara indiferente y que hara las delicias de las seguidoras de los rolling stone ( como sin ir mas lejos la que escrie..)


Resumen del editor

Vida. Memorias de Keith Richards. Asombrando a propios y extraños, Keith Richards ha escrito sus memorias: asombro porque ha podido (ya que a estas alturas nadie sospechaba que iba a conservar la vida o la lucidez suficiente para empuñar el teclado) y asombro porque ha querido (ya que los entes satánicos no suelen acudir al confesionario).

El crítico Nick Kent compendia así su imagen en los años setenta: «Era el gran lord Byron; era un demente, era un depravado y era peligroso conocerlo». El aludido disiente con irónica sonrisa, otros insisten, y este libro viene a aclarar posibles malentendidos. Porque aquí se disipan varias nieblas (transfusiones, efusiones, agresiones, etc.) y se presentan finalmente los hechos que el foco de la leyenda había nublado: el uso y abuso de sustancias tonificantes o estupefacientes no adquiridas en farmacias; las variadas discrepancias con autoridades más o menos sanitarias;

los encuentros, desencuentros y encontronazos con gendarmes de diferentes países; la empedernida coalición con Mick Jagger; los intermitentes, y a menudo explosivos, contubernios con personajes como Dylan, Lennon, Clapton, McCartney, Marley, Berry o Bowie, por citar a algunos de los más ruidosos;

Keith Richards

las afinidades electivas con sujetos de mucha cara o siniestra catadura; los amoríos pasajeros, las semanas de pasión y los dos amores contumaces (Anita Pallenberg y Patti Hansen); las extenuantes sesiones de grabación; la apacible vida rural en una mansión de Connecticut franqueados los umbrales de la senectud (aunque no de la madurez si consideramos las penúltimas inhalaciones); los cuentos contados por idiotas… Pero al final, más allá del ruido y la furia (que, como es de rigor, nada significan) emerge la música de los Rolling Stones, esa incesante banda sonora que acompaña nuestras convulsiones desde hace casi medio siglo.



2 pensamientos sobre “Vida. Memorias de Keith Richards”

  • es tan feo…
    es tan bruto…
    es tan malo…
    es rockero….

    que me encanta…

    debe ser el tipo caso de que los malotes atren no? jajajaja

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