¿Podemos decidir los padres cómo educar a nuestros hijos?

¿Podemos decidir los padres cómo educar a nuestros hijos?

laughing baby

Parece una pregunta obvia y sencilla, para algunos seguro que hasta les resulta ridícula. ¡Pues claro!, podéis pensar, ¿quién va a hacerlo si no?. Y aunque es cierto que somos los padres los que tenemos que decidir cómo educar a nuestros hijos, esto no deja de ser más que una verdad a medias. Sí, una verdad relativa, porque ¿en qué debemos basar nuestra elección?, ¿en qué principios se deben fundamentar nuestras pautas educativas?.

Los pilares básicos en los que deberíamos apoyarnos para educar a nuestros hijos deberían ser los siguientes:

– primero, el cumplimiento de los derechos de los niños,

– y segundo, el amor incondicional y el respeto hacía las características de cada niño.

Pero, ¿conocemos los padres los derechos de los niños.?.  En 1989 la Asamblea General de las Naciones Unidas, aprobó  la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), que es el primer instrumento internacional que reconoce a los niños como agentes sociales con sus propios derechos. Éstos se basan en los siguientes principios fundamentales:

– La no discriminación.

– El interés superior del niño, es decir, siempre tiene que primar lo que es mejor para el niño.

– El derecho a la vida, a la supervivencia y el desarrollo.

– La participación, ya que se deben tener en cuenta sus opiniones.

En cuanto a la educación,  han establecido que la  educación del niño deberá estar encaminada a:

–  desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del niño hasta el máximo de sus posibilidades,

–  inculcar al niño el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales,

– e  inculcar al niño el respeto de sus padres, de su propia identidad cultural, de su idioma y sus valores, de los valores nacionales del país en que vive, del país de que sea originario y de las civilizaciones distintas de la suya.

Tres aspectos primordiales, que deberían tenerse siempre en cuenta a la hora de educar a nuestros hijos, simplemente, porque son  sus derechos y debemos cumplirlos.

En segundo lugar, hablaba del respeto y del amor incondicional. Muchas veces  los padres exigimos demasiado a nuestros hijos, principalmente, porque queremos vivir a través de ellos nuestras ilusiones y nuestros  sueños frustrados. Pero tienen un físico, una personalidad, unas habilidades y aptitudes diferentes.  Sus gustos, sus intereses, sus ilusiones y sus sueños son exclusivos y originales. Por ello, debemos respetarlos y quererlos por lo que son, lo que piensan y por  lo que sienten y no olvidar, nunca, que son únicos y especiales.

Sara Dapía, autora del blog «EducaOrientaOcio».

 

 



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *