Cómo evitar accidentes eléctricos

Cómo evitar accidentes eléctricos

Existen una serie de normas que todos debemos tener muy en cuenta siempre que operemos con aparatos eléctricos o que manipulemos algún tipo de cableado conectado a la corriente.

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Seguramente nunca hayamos sufrido ningún accidente eléctrico relevante, todos nos hemos pillado con la corriente sí, pero afortunadamente muy pocos han sufrido un percance grave. Ahora bien, como en todo en la vida,
“que no nos haya pasado nunca no nos puede hacer bajar la guardia”
Como en la conducción, las distracciones son el principal origen de los accidentes diarios de cualquier país. Lo mismo ocurre con los accidentes eléctricos, ya sea en el hogar o en el trabajo. Repasemos algunas de las principales reglas a tener presentes diariamente:
La primera norma que a la mayoría nos viene a la mente es la de no tener aparatos eléctricos conectados cerca de la ducha, la piscina o cualquier espacio donde fluya el agua habitualmente.

El agua es conductor de la electricidad, y lo creamos o no, cada año muere gente electrocutada en la bañera porque se le cae la radio mientras se toma un baño o porque se seca el pelo estando totalmente mojado. Podrían parecernos situaciones más propias de las películas o la televisión, pero accidentes eléctricos de este tipo ocurren con mayor asiduidad a la que somos conscientes o imaginamos.

Otra norma que debemos seguir, es la de no extraer los enchufes desde el cable sino desde la base del aparato. Con ello evitamos sustos y otros tantos accidentes eléctricos habituales. Y es que el cableado podría estar en malas condiciones internamente y provocar un incidente. También es importante extraer los enchufes de este modo para evitar que arranquemos las tapas de la pared cuando se encuentran en mal estado.

Todos hemos conectado un secador o un cargador de móvil sobre un enchufe en mal estado y hemos hecho caso omiso a las chispas que se han generado. Muchos pueden llegar a estar acostumbrados a ello, pero el riesgo es muy alto en estas condiciones. Bastará que tengamos las manos algo húmedas tras lavarnos los dientes o lavar los platos para que esa chispa pueda provocarnos un serio accidente eléctrico.

No cuesta nada mantener en buen estado los enchufes e interruptores de nuestra casa, por nuestro bien y el de las personas con las que convivimos. Y si esta situación sucede en el gimnasio o el trabajo, será momento de alertar a las personas adecuadas y solicitar una revisión del aparato para minimizar riesgos.
La seguridad eléctrica, como en la conducción, depende de ti.



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