31 mayo, 2013

La dieta del futuro

Según los médicos y nutricionistas, la dietética que viene recomienda, cada vez más, las dietas personalizadas basadas en el conocimiento del genoma del individuo. El concepto de la interacción gen-dieta y su potencial aplicación clínica está cada vez más próxima a ser una realidad, ya que cada vez se da una mayor importancia, no sólo a las características de cada uno de nosotros como individuos, sino a las particularidades de cada una de las fases de la vida, que son fundamentales para determinar nuestras carencias, necesidades y aquello de lo que podemos prescindir sin que nuestro organismo se resienta.

El sobrepeso puede producirse por diversas causas, pero pocas de ellas son de origen médico; generalmente es sobrepeso es la consecuencia de un desequilibrio entre las calorías que consumimos diariamente y la cantidad de ellas que gastamos, generándose un exceso que se acumula en forma de grasa corporal.

También se tiende a pensar que la obesidad es algo genético que heredamos, sin embargo, recientes investigaciones han probado que la predisposición genética puede alterarse con una dieta que la contrarreste.

Mantenernos en nuestro peso ideal es una cuestión de practicar unos buenos hábitos; según los expertos de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) y de Endocrinología y Nutrición (SEEN) es mucho más efectivo el trabajar por un cambio de hábitos que el realizar dietas estrictas de forma transitoria. En general, nos alejamos cada vez más de una dieta mediterránea sana y equilibrada, consumimos pocas verduras y fruta y pocos cereales integrales, fibra, legumbres y frutos secos y por el contrario tendemos cada vez más a un consumo excesivo de proteínas y grasas saturadas y alimentos manufacturados.

Según la SEEDO y la SEEN, para combatir el sobrepeso y la obesidad debemos aumentar el consumo de fibra, controlar el tamaño de las raciones, repartir las ingestas y procurar comer relajados, tomándonos nuestro tiempo para ello.

Marga G.-Chas Ocaña