Betacaroteno para un moreno espectacular

Betacaroteno para un moreno espectacular

A la hora de lucir un moreno espectacular hay varios factores determinantes, sobre todo, importa la genética, que determina nuestro tono de piel, pelo, iris, etc…pero aunque esto no lo podamos cambiar (al menos a corto plazo) sí hay otros factores sobre los que podemos actuar y que influyen en la forma en cómo responde nuestro cuerpo ante la exposición al sol, como son, la resistencia de nuestra piel a las quemaduras, la facilidad para producir melanina, nuestro pigmento natural, o la capacidad para coger un tono uniforme o más intenso.

Estos aspectos y algunos más los podemos, si no dominar, al menos favorecer mediante una correcta alimentación; una buena nutrición contribuirá a una piel de aspecto saludable y además, nos ayudará a prevenir efectos nocivos del sol y quemaduras, ya que aumentará nuestra barrera protectora cutánea. Los nutrientes que son especialmente efectivos sobre nuestra piel son las vitaminas C y E, los ácidos grasos Omega 3 y el betacaroteno.

El Betacaroteno es el nutriente que, una vez digerido en nuestro organismo, se transforma en vitamina A, por eso también es llamado Pro vitamina A. SU residu se almacena en nuestro hígado y es lo que forma el proretinol A, que seguro que te suena de verlo como componente de cremas antiedad.

El Betacaroteno es un pigmento natural, liposoluble, gran antioxidante y una de las pocas sustancias que “fabrican” vitamina A, que aporta grandes beneficios a nuestro organismo. Para nuestra piel, el betacaroteno y la vitamina A son grandes nutrientes que además funcionan como activadores de la fabricación de melanina, y por lo tanto, de la coloración del moreno, al tiempo que disminuyen la sensibilidad a las quemaduras solares.

 

Los alimentos que nos aportan betacaroteno se caracterizan por sus colores intensos, que van del amarillo al rojo, pasando por el naranja: zanahoria, calabaza, melocotones, mango, tomates, etc… y las hortalizas de color verde intenso, como las espinacasa y acelgas.

Marga G.-Chas Ocaña



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