2 julio, 2015

Malos hábitos que provocan el envejecimiento de nuestra piel (II)

Hace unos días te dimos a conocer una serie de malos hábitos que realizamos de manera habitual y que no sabemos que lo que hacen es dañar nuestra piel. En concreto, la convierten en mucho más vulnerable y provocan que envejezca de manera mucho más rápida.

Por eso, para ayudarte a que acabes con esas acciones que, de manera indudable, te perjudican la imagen, queremos que seas consciente de otras que también se realizan de forma frecuente y que causan el mismo mal:

Acostarse sin desmaquillarse. Es cierto que este hábito no es frecuente que lo llevemos a cabo, pero en más de una ocasión, después de una fiesta o una noche muy larga, nos hemos ido a dormir sin quitarnos el maquillaje pensando que no pasa nada. No obstante, es un error, porque sí pasa. Lo que sucede es que no limpiamos el rostro, permitimos que las impurezas campen a sus anchas, no dejamos que la piel de la cara se oxigene convenientemente y fomentamos que se convierta en el escenario para que las arrugas decidan aparecer.
Estar en ambientes muy calientes. El tener el termostato de casa en invierno a una temperatura muy elevada también estropea nuestra imagen. Y es que el exceso de calor hace que la piel se vea afectada. ¿Cómo? Volviéndose más reseca, generando marcas, permitiendo la profundización de las líneas de expresión e incluso haciendo que la piel se escame. Todo eso supondrá, por tanto, que se acelere el envejecimiento.
Dormir boca abajo. Los expertos en estética también coinciden en subrayar que otro hábito que realizamos y que favorece la aparición de arrugas así como la profundización de las líneas de expresión es el dormir boca abajo. Y es que permite que el colágeno se debilite y, por tanto, que la piel se vuelva más flácida.