El miedo a cambiar de trabajo
*Imagen: www.adeccorientaempleo.com
Un empleo estable es una de aquellas cosas por las que muchas personas luchan a lo largo de la vida y es por ello que una vez que lo consiguen pierden gran parte de su motivación a seguir creciendo a nivel profesional por miedo a perder esa estabilidad tan preciada. En épocas de crisis como las actuales, además, esta conducta se incrementa todavía más, y la propensión a cambiar suele descender drásticamente por ese temor a quedarse sin nada.
¿Ambición o codicia?
Lejos de ser sinónimos, estos términos describen formas de ser y pensar de ciertos empleados a la hora de pensar en su itinerario profesional.
Un empleado ambicioso será aquel que detectará cuándo la curva de aprendizaje y crecimiento se está suavizando dentro de una empresa, y buscará alternativas inicialmente en su interior con nuevos proyectos o propuestas. En el caso de no ver futuro a nivel interno, podría pasar a un proceso de búsqueda externa que cope sus aspiraciones profesionales. Habitualmente no buscan exclusivamente cambiar de trabajo para ganar más dinero, sino como parte de un proyecto personal en que ir ampliando responsabilidades e ir escalando en la cadena de mando de la empresa donde esté empleado.
Un empleado codicioso querrá crecer siempre a nivel de retribución, pese a que no siempre acompañe su rendimiento laboral este ascenso o justifique ese importe. Para ellos, cambiar de trabajo es una forma de abrirse un nuevo camino en otra empresa donde encontrar nuevas aspiraciones. Para este perfil, no poder ascender es un freno a sus pretensiones económicas, y no una forma de delimitar sus objetivos de crecimiento profesional a través de sus responsabilidades, habilidades y conocimientos.
¿Y los que temen el cambio de trabajo?
Además de estos dos perfiles, encontramos otro gran bloque representado por personas que temen el cambio y que, a menudo, no se valoran lo suficiente o la carga de responsabilidades familiares hace que prefieran asegurar su estabilidad en detrimento de sus aspiraciones.
“Es una ratio riesgo/retribución, donde casi siempre gana el riesgo”
Por este motivo es importante marcarse un itinerario profesional que vaya marcando los objetivos deseables a nivel de conocimientos y crecimiento. De este modo, cuando esa evolución deseada y por la que luchamos día a día no siga el curso que imaginábamos, veremos en el cambio de trabajo una posibilidad real con más inputs positivos que negativos.
Ante todo, cualquier decisión no debe tomarse precipitadamente, y cambiar de trabajo siempre es un proceso que requiere tiempo. La primera entrevista a la que acudas posiblemente no sea la que finalmente te convenga más, para ello debemos alejar nuestras simples aspiraciones económicas e incidir especialmente en el proyecto que tiene la empresa y qué rol desempeñaremos en él, tanto en el corto como en el largo plazo.
¿Verdad que siempre nos preguntan dónde nos vemos en 5 o 10 años? Hagámosles demostrar también dónde les gustaría vernos a ellos en ese periodo y qué van a hacer para que ese crecimiento sea real. Sin miedo al cambio, nuestro futuro profesional debe estar siempre por delante del temor a lo desconocido.