Convivencia entre Mascotas y Bebés

Convivencia entre Mascotas y Bebés

Una mascota en casa es una fuente inagotable de estímulos para un bebé, lo que le ayudará muchísimo en su desarrollo motriz, psicológico y emocional.

Para los bebés que aún no tienen autonomía y no caminan, el estar horas tumbados en una cuna o en un parquecito, puede resultar bastante aburrido y es normal que a partir de los 3 meses, su petición de atención es constante. Para ellos, la cercanía de una mascota es un gran motor de aprendizaje.

Aunque el  bebé no pueda ver al animal, puede percibir su presencia alrededor; su movimiento, su proximidad o lejanía y unos sonidos extraños que no sabrá muy bien que son ni de donde vienen… Todo ello provocará en el recién una gran curiosidad. Es muy probable que si los observamos, veamos como el bebé gira la cabeza hacia el sonido y como intenta mirar y moverse hacia el animal.

A medida que el bebé vaya teniendo más autonomía, intentará todo tipo de maniobras con el pobre animalillo, tocarlo, cogerlo, abrazarlo, darle su comida, su chupete, hablarle… entre los 6 meses y los 2 años, deberemos tener casi tanto cuidado con el niño como con la mascota, ya que cualquiera de los dos podría resultar herido en un ataque de cariño, por lo que lo más recomendable es no dejarlos nunca solos sin la supervisión de un adulto.

Debemos enseñar, tanto a los bebés como a nuestras mascotas, a darse cariño y tenerse respeto mutuamente. Los bebés deben entender que los animales son seres vivos y no juguetes y las mascotas deben respetar los hábitos y espacio del niño. Si conseguimos esto, la relación será absolutamente positiva para ambos que establecerá un lazo que durará toda su vida.

Los efectos positivos de la convivencia de niños y animales están sobradamente estudiados: el contacto con un animal contribuye a un desarrollo más rápido del niño, le ayuda a interesarse por el mundo, favorece su autoestima y su sensibilidad y potencia la sociabilidad, ayudándolo en sus posteriores relaciones con amiguitos y compañeros.

Si enseñamos al niño correctamente, le ayudaremos a generar actitudes responsables hacia otro ser vivo y si le damos pequeñas tareas, aprenderá a cuidar al animal y con ello, su entorno.

Quiero agradecer a Rafael Rodríguez el permitirme usar las inspiradoras imágenes de su página https://www.facebook.com/ComunidadVidaAnimal.

Marga G.-Chas Ocaña



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