Chaise longue, el descanso con estilo
Si tuviera que elegir una pieza de mobiliario que simbolizara el estilo y la exquisitez, sería, sin dudarlo, la chaise longue. Supuestamente de origen francés –y digo supuestamente, porque si volvemos la vista atrás, tendríamos que remontarnos al triclinium romano para encontrar sus orígenes- ha sido uno de los objetos más apreciados por artistas y diseñadores, no sólo de esta época y como ejemplo, no tenemos más que volver la vista a Goya y recrear la comodidad de la pieza en la que, indolente, se recostaba su “maja”, con más o menos ropa.
La chaise longue es una pieza que tiene la capacidad de crear ambiente en una habitación con su sola presencia; nace para ser protagonista en una estancia y que el resto del mobiliario se disponga a su antojo, con el único fin de favorecerla, creando a su alrededor una impresión inmediata de lujo y buen gusto.
Su traducción literal es “silla larga” en francés, pero también se le ha llamado cama de día o tumbona de interior. Fue muy popular como objeto de decoración en las cortes europeas durante los siglos XVII y XVIII, viviendo su mayor esplendor en la época del estilo rococó hata que en siglo XX, los avances sobre la manipulación de las estructuras modulares, le brindó a Le Corbusier la oportunidad de convertirla en la máxima expresión de diseño contemporáneo. La llamaba “la verdadera máquina de descansar” y para él, fue objeto de inspiración que le condujo a proyectar edificios únicos con el fin de poder alojarla convenientemente.
A Le Corbusier le siguieron Mies van der Rohe y sus cinematográficas chaise longue cromadas, ejemplo del minimalismo o Frank O’Gehry, cuya provocadora chaise longe –el modelo Bubbles, diseñada en 1979- fue además la precursora de la utilización de materiales reciclados para el diseño de piezas únicas, lo que hoy se conoce como diseño orgánico.
Resumiendo, una chaise longue es una garantía de ambiente exclusivo, es un símbolo del sibaritismo y sin duda, tumbarse en una es la mejor manera de pasar el rato, sin prisa y con estilo.
Marga G.-Chas Ocaña
simplemente lo quiero!!
menudas lecturas en la terraza que me daria, me encanta